Quedar con tortícolis es la pesadilla de cualquiera que tenga que viajar un largo trayecto, pero cuando uno tiene un cuello del tamaño de esta jirafa, que mide más de tres metros de altura, una contractura no es una complicación menor.
Cuando los veteriarios del zoológico de Tulsa, Oklahoma, recibieron a Amali, una jirafa hembra de cinco años, no podían creer en el estado en que estaba: el animal se había “abollado” durante su viaje aéreo desde el santuario donde vivía, en el estado norteamericano de Ohio. Ahora, temen que no pueda recuperarse y que su largo cuello quede torcido de por vida, informó el sitio inglés Daily Mail.
Al parecer, la jirafa no estaba debidamente acomodada en la bodega de la aeronave, por lo que salió de su trailer con el cuello encorvado y tuvo que ser tratada por fatiga muscular y trauma leve, según informó el jefe de veterinarios de su nuevo hogar, Kay Backues. El animal permanece en cuarentena desde el día que llegó, el 18 de octubre pasado.
“Estamos usando medicamentos que usaría un ser humano si tuviera dolor de cuello, como el ibuprofeno o un relajante muscular o analgésicos sin esteroides”, explicó el doctor Backues. Después de que pase la fiesta de Acción de Gracias (que es un feriado tradicional en los Estados Unidos), los veterinarios sacarán placas de Rayos X a Amali para comprobar si la deformación será de por vida o si podrá recuperarse por medio de algún tipo de tratamiento de kinesiología.
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