Los Mochis.- La persona que fue masacrada a balazos en el interior de su vehículo, a unos seis metros de distancia del acceso al estacionamiento de la Dirección General de Seguridad Pública y Tránsito Municipal era un ex catedrático de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
La dama que lo acompañaba y que falleció instantes después en el Hospital General, también era trabajadora de la institución educativa, indican los informes obtenidos por nuestros reporteros. La identificación de las dos personas víctimas del ataque del grupo de sicarios fue pocos momentos después de los sangrientos acontecimientos. Quien falleció a consecuencia de múltiples heridas producidas por los impactos de bala (AK-47 "cuerno de chivo" y AR-15) se llamaba Enrique Bladimir Arteaga Armenta, contaba con 50 años de edad y tenía su domicilio por la calle Colibrí 1344 al poniente, en el Residencial Campestre.
El cuerpo quedó materialmente destrozado debido a la infinidad de impactos de bala que recibió, y recostado hacia su extrema derecha, al volante de su vehículo, un Chrysler 300 de color perla, modelo 2008, con placas VKL-9018. Frente y costado derecho del vehículo presentaban cientos de orificios. Acompañaba al occiso una dama que sería identificada como Carmina Lugo Zavala, de 31 años. Vivía por la calle Leyva Solano, en el ejido Macapule. La mujer fue sacada de la unidad por paramédicos de la Cruz Roja. Aun tenía hálito de vida.
La llevaron al Hospital General, pero lamentablemente no pudo sobrevivir. Presentó 22 heridas en diferentes partes del cuerpo. El occiso hacía apenas año y medio se había jubilado como trabajador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. En su trayectoria universitaria, había fungido como director del Centro de Idiomas. Su última función fue la de coordinador administrativo de la Torre Académica. La versión que circula en corporaciones policíacas es que al parecer el lujoso vehículo del ex catedrático uaseño fue confundido por los sicarios que lo habrían seguido cuando circulaba por el boulevard Macario Gaxiola hacia el norte.
Al llegar a la altura de las instalaciones de la Policía Municipal no pudo controlar la unidad. Se subió a la banqueta y se estrelló contra la barda perimetral. Se piensa también que intentó entrar a las instalaciones en busca de refugio. Ahí fue cubierto por una auténtica "lluvia" de balas. Quienes lo perseguían andaban a bordo de camionetas. Se detuvieron y bajaron para vaciarle las cargas de sus potentes armas. La pared perimetral de Seguridad Pública también presenta infinidad de impactos de los proyectiles de grueso calibre.
Ninguno de los elementos policíacos que se encontraban en el lugar se asomó siquiera para ver qué estaba ocurriendo. Hay quienes aseguran haber visto a los patrulleros salir en franca escapatoria por la parte oriente del edificio. El tiroteo se prolongó aproximadamente durante 20 minutos. Sobre el pavimento quedaron cientos de cascajos. Algunos útiles. En total se contabilizaron alrededor de 600, indica el informe de las autoridades.
En el interior del lujoso automóvil se encontró una pistola calibre .380, marca Versa, modelo Thunder, con seis tiros en el cargador y uno en la recámara. Es de manufactura argentina. CAMIONETA BALEADA EN EL MISMO EVENTO En el mismo suceso resultó alcanzada por las balas una camioneta cuyos ocupantes en un intento por escapar de la lluvia de balas se introdujeron a toda velocidad al estacionamiento del recinto policíaco. Es una camioneta Chevrolet 2500, tipo pick up, con caja californiana blanca y placas TX-67790 de Sinaloa., propiedad de Claudia Morelos López, del Infonavit Arboledas.
En esta unidad andaban dos parejas, quienes dejaron la unidad abandonada y se retiraron. La camioneta presentó el neumático trasero derecho destrozado por los proyectiles. Sobre el estribo de la caja del mismo lado se aprecia un orificio .
30 elementos
forman el GTRI
600 casquillos
dejó la balacera
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