Un director chino, producción francesa y un protagonista inglés son los responsables de esta deliciosa tontera repleta de patadas, cámaras lentas y autos que vuelan. Frank Martin es un tipo duro que se gana la vida transportando lo que sea de un lugar a otro. Su negocio es perfecto hasta que un cliente le pide llevar nada menos que una persona: específicamente, una chica oriental que atrae las desgracias (y las balas) como un imán.
Lo esencial acá no es la historia, desde luego, sino las coreografías de lucha (excelentes y bien filmadas), las explosiones (abundantes) y la onda del protagonista (Statham, funcionando como un Bruce Willis de bajo presupuesto). Pura entretención.
Lo esencial acá no es la historia, desde luego, sino las coreografías de lucha (excelentes y bien filmadas), las explosiones (abundantes) y la onda del protagonista (Statham, funcionando como un Bruce Willis de bajo presupuesto). Pura entretención.
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