Durante los últimos 50 años se han hecho tantos avances en la seguridad que brindan los coches a los ocupantes en caso de accidente, que la única forma de demostrarlo es en un solo choque. Para esta demostración se usaron un Bel Air de 1959, y un Malibu de 2009, los dos de la marca Chevrolet a una velocidad de 64 km/h (lo que se puede entender como un choque a 128 km/h contra un objeto en reposo).
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